Un administrador de una empresa
tiene como principio y filosofía de su empresa jamás despedir a alguien que no
lo merezca, pues es mejor conservar el trabajo de sus empleados porque gracias
a ellos su existe su empresa.
Había logrado mantener
económicamente estable su empresa por más de 30 años , pero ahora está en una
situación muy complicada: baja en las ventas, competencia aplastante, un
ambiente de trabajo complicado con presiones y exigencias desgastantes
moralmente, aunque en ocasiones anteriores se ha encontrado con situaciones
complicadas siempre busco como salir de ella, pero esta vez la situación es
insostenible.
Sus asesores y amigos le aconsejan implementar una reestructuración que implica un recorte de personal para darle un respiro económico a la empresa, mayor productividad y una reducción de costos pero esto va en contra de su filosofía y principios que desde hace años ha implementado en su empresa, si no toma una decisión sobre qué medida tomar, la quiebra es muy factible. Le resulta un dilema ético que le quita la paz decidir si debe apegarse a esa filosofía de responsabilidad social con los empleados o aplicar un insensible y eficiente regla empresarial.
Parte de la ética consiste en elegir el mayor bien y el menor mal, para todas las personas, este principio lo podemos ver el utilitarismo, que nos dice que la felicidad consiste en el bienestar colectivo, mayor felicidad para mayor número de personas, y en el dilema que se encuentra este administrador cabe tener en cuenta esta teoría y buscar otras alternativas de solución que le permitan seguir con la filosofía que ha venido implementado en su vida profesional. Además el hecho de hacer lo correcto de manera autónoma (ética kantiana) pues nada externo lo obliga a tomar alguna decisión hace que tenga mayor tranquilidad en las decisiones que tome.