sábado, 22 de agosto de 2015

Ética y moral:



La ética: Es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es la conducta moral del ser humano, es decir que la ética es la reflexión racional acerca de la moral, sobre qué se entiende por conducta moral o inmoral y en que se fundamentan las normas y los códigos morales

Por moral se entiende el conjunto de normas (mores - costumbres) que rigen la conducta de una persona. La sociedad en la que vivimos posee normas de conducta y las personas aprendemos que debemos hacer y que es bueno.


Hay que diferenciar bien entre ética y moral recordemos que moral son las reglas de conducta que regulan las acciones concretas de los hombres. Y ética es la reflexión sobre las normas morales, ¿qué normas debo seguir para alcanzar los objetivos de mi existencia?


La moral es un tipo de conducta, la ética una reflexión filosófica. La ética es teórica mientras que la moral es práctica.



Modelos de justificación racional



Desde el principio el hombre siempre ha pretendido justificar su comportamiento y el objetivo principal de la justificación racional es convertir a las personas en seres  racionales capaces de argumentar, justificar y pensar para llegar al conocimiento y para esto se debe tener afirmaciones que se puedan demostrar.
Para ello existen tres modelos éticos que son:

Éticas teleológicas:

Este tipo de ética estudia la finalidad, sostiene que la vida humana tiende a un bien, que es la felicidad. Las acciones morales van conformando una persona feliz.
Las normas morales se justifican entonces por su contribución al logro de la felicidad, es bien decir que la felicidad no es lo mismo para todos sino que hay muchas maneras de entender que es la felicidad y cuáles son los medios para alcanzarlos, pare ello existen tres tipos de éticas teleológicas: Eudemonismo, Hedonismo, Utilitarismo.























Éticas deontológicas.

Son éticas que fundamentan la acción moral en el deber. Es buena moralmente aquella acción  porque es un deber hacerla y no motivado por otra razón como la utilidad, el miedo, etc. Sostienen que el deber que motiva la acción moral proviene de la norma moral que, a su vez, encuentra su origen y fundamento en la propia razón humana. La ética deontológica está enraizada en la filosofía moral kantiana, que se estructura en torno al principio de actuar conforme al deber.
Esta ética no dice lo que hay que hacer en cada momento o situación sino que nos proporciona la forma (estructura de nuestros actos) que debe tener cualquiera de nuestros actos para que sean morales.
 La ética Kant pretende por tanto ser universal y necesaria en ella no caben ni el interés propio ni el egoísmo, sino la voluntad de actuar conforme al deber.





Éticas dialógicas.

Sostienen que las normas morales han de ser fruto de un acuerdo basado en el diálogo argumentativo en condiciones de igualdad entre personas racionales y libres. Las éticas dialógicas son, por tanto, éticas de la comunicación, del discurso, que sitúan los mandatos que constituyen el deber en las normas que resultan del acuerdo al que hayan llegado después de haber argumentado racionalmente cada uno de ellos en defensa de su posición.
A diferencia de Kant, los filósofos de esta corriente, fundamentalmente K. O. Apel (1922-) y J. Habermas (1929-), entienden que no es una sola persona quien ha de comprobar si una norma es universalizable, sino que han de comprobarlo todos los afectados por ella, utilizando la razón discursiva, es decir, el diálogo racional. En este sentido, hablan de una “comunidad ideal de diálogo” como un espacio de discusión que no admite la represión o la desigualdad. La justificación de las normas morales proviene, por tanto, del acuerdo racional y se establece en función de dos principios: Universalización: una norma será válida cuando todos los afectados por ella puedan aceptar libremente las consecuencias y efectos secundarios. Ética del discurso: sólo pueden pretender validez las normas que encuentran (o podrían encontrar) aceptación por parte de todos los afectados, como participantes en un discurso práctico. Pero la ética del discurso no busca quedarse solo en el plano de la fundamentación teórica sino que busca también internarse en la práctica.



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